21x22 ; 28 pág.

    Textos: Gloria Candiotti Ilustraciones: Carlos Villarroel

    Las vacaciones invitan al tiempo al aire libre y al contacto con la naturaleza. En esos momentos de tanta vitalidad, el cuento cumple la función de pausa creativa para leer y observar imágenes con la mente despejada. Son momentos de puro goce. Ahí es donde el relato se queda para siempre en el alma de los niños. Oti. El ayudante del sol se inscribe en el género maravilloso y tiene como protagonista a un espejo chiquito que se siente parte de la tradición de los espejos de los cuentos de hadas. Pero él va a parar a la casa de Felipe, que lo necesita para sus experimentos de ciencias naturales. Oti, así se llama el personaje principal, no aguanta sentirse tan inútil, porque en casa de Felipe quedó arrumbado durante unos días en un rincón. Hasta que lo usan nada más y nada menos que para ser el espejo de la estrella central de nuestro sistema planetario. «El sol se está mirando en mí», piensa. Y es así como Oti crea el fuego. Una metáfora de la necesidad de ser útiles, de encontrar nuestro lugar, de proyectarnos hacia los demás. Las elocuentes y dinámicas ilustraciones de Carlos Villarroel les dan un encanto único a las palabras de Gloria Candioti.

    Para lectores a partir de 5 años. 

    Oti, el ayudante del sol

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    21x22 ; 28 pág.

    Textos: Gloria Candiotti Ilustraciones: Carlos Villarroel

    Las vacaciones invitan al tiempo al aire libre y al contacto con la naturaleza. En esos momentos de tanta vitalidad, el cuento cumple la función de pausa creativa para leer y observar imágenes con la mente despejada. Son momentos de puro goce. Ahí es donde el relato se queda para siempre en el alma de los niños. Oti. El ayudante del sol se inscribe en el género maravilloso y tiene como protagonista a un espejo chiquito que se siente parte de la tradición de los espejos de los cuentos de hadas. Pero él va a parar a la casa de Felipe, que lo necesita para sus experimentos de ciencias naturales. Oti, así se llama el personaje principal, no aguanta sentirse tan inútil, porque en casa de Felipe quedó arrumbado durante unos días en un rincón. Hasta que lo usan nada más y nada menos que para ser el espejo de la estrella central de nuestro sistema planetario. «El sol se está mirando en mí», piensa. Y es así como Oti crea el fuego. Una metáfora de la necesidad de ser útiles, de encontrar nuestro lugar, de proyectarnos hacia los demás. Las elocuentes y dinámicas ilustraciones de Carlos Villarroel les dan un encanto único a las palabras de Gloria Candioti.

    Para lectores a partir de 5 años. 

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